martes, 28 de agosto de 2012

La obra del Espíritu Santo 1/4 y 2/4


Leer Romanos capítulo 8

¿Qué tienen en común una linterna, un celular, un portátil?

Todos ellos fueron diseñados para hacer cosas interesantes, pero si estos no tienen baterías o están conectados a la corriente no sirven de nada.

Como seres humanos estamos diseñados para hacer grandes cosas en el área espiritual. Grandes cosas que Dios quiere que logremos, pero sin un poder que nos active, sin estar conectados a la fuente, sin una fuerza que saque de nosotros todo el potencial que tenemos, nada podemos hacer. Y lo que necesitamos no es algo, se trata más bien de alguien, es la relación con una persona, y esa persona es el Espíritu Santo.

Este año queremos ser más como Jesús, y debemos saber que Jesús fue lleno del Espíritu Santo a lo largo de su vida. Lucas 3:22, Lucas 4:1,14,18. 

Dijo que Él se iría pero no nos dejaría solos, que enviaría al Espíritu Santo que viniera a ayudarnos. Dijo que haríamos cosas mayores que Él. 

Tenemos el poder de vencer la tentación como Jesús lo hizo, tenemos el poder para sanar  a los enfermos como Jesús lo hizo, de hacer milagros, de mover montañas, de echar fuera demonios, de predicar el evangelio como Jesús lo hizo, de vencer la naturaleza pecaminosa, y todo esto por medio del Espíritu Santo.

En realidad todas estas cosas no las podríamos hacer nosotros solos, necesitamos al Espíritu Santo para poder lograrlas, es Dios obrando en nuestras vidas.

 Vamos a lograr muchas cosas para Dios por medio de lo que el Espíritu de Dios hace en nosotros y a través de nosotros.

Uno puede tomar la decisión en la vida de hacer las cosas a su manera, y estrellarse contra el planeta y no tener éxito en la vida cristiana o puede tomar la decisión de hacer las cosas a la manera de Dios, permitiendo al Espíritu Santo que nos de su guía, viviendo bajo la dirección del Espíritu Santo como Jesús lo hizo. Solo ahí vamos a empezar a ver los cambios en nuestra vida, solo ahí vamos a empezar a ver cómo las cosas que no sucedían empiezan a suceder, solo ahí empezaremos a tener éxito en la vida cristiana y solo ahí podremos hacer las cosas que Jesús hacía y aún mayores, porque el Espíritu que operaba en Jesús empieza a operar ahora en nosotros.

Veamos en el capítulo 8 del libro de Romanos las cosas que Dios va a lograr en nosotros si le permitimos al Espíritu Santo obrar en nuestras vidas.

1. Mediante la el Espíritu Santo obrando en nosotros podemos obtener la seguridad que somos libres de Condenación. V 1-2. 1 Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús,[los que no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu] 2 pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me[b] ha liberado de la ley del pecado y de la muerte.

No hay condenación ¿para quienes? Para los que están unidos a Cristo Jesús, y ¿Quiénes son los que están unidos a Cristo Jesús? Los que no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu.

Esto quiere decir que estas bendiciones que podemos recibir son para aquellos que viven por el Espíritu Santo, los que siguen la guía del Espíritu Santo. Si yo soy de Cristo, si yo verdaderamente estoy unido a Cristo voy a permitir al Espíritu Santo que me dirija, voy a escuchar lo que Él me dice y lo voy a obedecer.

Cuando nosotros rendimos nuestra vida a Cristo, nos arrepentimos del pecado, y ponemos nuestra fe en Él sucede un milagro en nuestro corazón, el mayor milagro que podamos recibir, nosotros sin Cristo estamos muertos espiritualmente, pero al recibir a Jesús dice la Biblia que nacemos de nuevo, nacemos del Espíritu, el Espíritu Santo viene a nuestro espíritu y lo activa, le da vida, ahora Dios espera que sigamos la guía que el Espíritu Santo que está en nosotros nos da y si seguimos la guía del Espíritu Santo no hay condenación para nosotros. No tendrás que pasar por un Juicio por los pecados, no tienes que ir al infierno porque CRISTO PAGÓ POR TI. No hay condenación para ti, tus pecados ya han sido perdonados. Estos versículos lo enseñan así:


3 En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la *naturaleza pecaminosa anuló su poder; por eso Dios envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de pecadores,[c] para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así condenó Dios al pecado en la naturaleza humana, 4 a fin de que las justas demandas de la ley se cumplieran en nosotros, que no vivimos según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu.

La ley requería que uno fuera condenado y esa condena era la muerte, pero Jesús quien nunca pecó, quien no merecía el castigo murió por nosotros cumpliendo así las demandas que la ley exigía. Ahora mi condena es NULA porque Jesús ya la pago, él tomó la condena que me correspondía a mí que era la muerte.

Jesús murió para que nosotros no fuéramos condenados. Y todo el que no es de Cristo, el que rechaza ese sacrificio, vive en condenación, todo el que no le ha recibido como Señor y Salvador, está en condenación.

Pero si tú eres un creyente en Jesucristo, alguien que le ha dado la vida, Jesús te ha hecho renacer a una nueva vida, a una vida en el Espíritu, porque al nacer de nuevo Él puso su Espíritu en ti, y con la convicción que da el Espíritu Santo tú puedes decir: “ya no hay condenación para mi”

      El diablo sabe esa información, y no se contenta con eso, no se resigna, él quiere convencernos a nosotros de lo contrario, una de las armas que usa para desanimarte es la condenación, la acusación, y empieza a decirte al oído: ¿para qué vas a la iglesia? ¿No te das cuenta de todos los pecados que has cometido? Crees que eso se le va a olvidar a Dios así como así? Pobre diablo, pobre pecador, ¿Qué haces orando? ¿crees que Dios te va a escuchar? ¿para qué te das golpes de pecho? Crees que Dios te va a perdonar esta? ¿Crees que después de hacer tanto daño puedes servir a Dios? Estás muy equivocado mijito.

Entonces cuando el enemigo te venga con a condenarte tú le respondes con poder del Espíritu Santo, el pobre diablo eres tú, el condenado eres tú, por mí ya pagó Cristo, Él perdonó todos mis pecados y la Palabra de Dios, y el Espíritu Santo que está en mi me dicen que para mí no hay condenación por medio de Jesucristo, quien pagó por mí. Soy un hijo de Dios lavado por su sangre Así que no me friegues diablo mentiroso.

 Si eres un hijo de Dios, No permitas que el enemigo te haga dudar del amor y  perdón de Dios, de la vida eterna que Él ha comprado para ti, si tú vives unido a Cristo, no escuches la voz del enemigo que te quiere condenar, decide escuchar solamente la voz del Espíritu Santo que está en ti y te ha hecho renacer, quien te dice “No hay condenación para los que están unidos a Cristo” Por medio del Espíritu Santo vencemos al enemigo que quiere poner basura en nuestra cabeza, podemos vencerlo cuando nos viene a acusar y a condenar.

Por ello déjate guiar por el Espíritu, déjalo obrar en tu vida, sométete a su dirección, obedécele, mantén una relación diaria con Dios por medio de Jesús y se consciente de la presencia del Espíritu Santo. Por medio de la obra del Espíritu Santo en nuestra vida, sabremos que no hay condenación para nosotros.

Si no has recibido a Jesús como Señor y Salvador, estás en condenación, pero no tienes que seguir así, de modo que si no has hecho a Jesús Señor de tu vida, hoy puede librarte de la condenación y darte vida eterna si le recibes en tu vida aceptándole a Él, aceptando y agradeciendo lo que Él hizo por ti. Una vez lo aceptes en tu vida, el Espíritu viene sobre ti por la fe, lo sientas o no, la Biblia dice que si lo haces con fe, el Espíritu Santo te hace nacer a una vida nueva, empiezas a vivir espiritualmente y empezarás a gozar de las bendiciones de las cuales estamos hablando hoy.

2. Mediante el Espíritu Santo obrando en nosotros nuestra mente es transformada. (ya no se centra en el pecado sino en lo espiritual). V 5-8. 5 Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu. 6 La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz. 7 La mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de hacerlo. 8 Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios.

Mi papá cuando vivía, y se topaba con una persona que tomaba malas decisiones, necia, que hacía locuras con su vida, que parece que no reconociera que las cosas que uno hace mal traen consecuencias, decía una expresión fuerte, me van a perdonar lo que voy a decir, pero él decía de esa persona: “tiene mugre en la cabeza” bueno, realmente su expresión era más fuerte. Pero la verdad cuando no hemos nacido del Espíritu, tenemos “mugre en la cabeza” cuando no damos cabida a la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas tenemos “Mugre en la cabeza” el mundo, la televisión, el humanismo, la sicología y la educación moderna nos ha enseñado mal, y le hemos creído todo, nos han adoctrinado, así qué necesitamos un lavado de cerebro, tenemos mucha información sucia, equivocada, necesitamos cambiar la información en nuestro disco duro para que todo en nuestra vida cambie. Necesitamos la obra del Espíritu de Dios en nuestra vida para que eso suceda.

  Nuestra mente es el centro de nuestras decisiones, es el centro de mando, nuestras acciones son el producto final de nuestros pensamientos, (si tus pensamientos son malos, tus acciones serán malas)

Antes de hacer una cosa muy buena, una obra que agrada a Dios, una obra de generosidad, seguramente no te llegó por sorpresa, ya lo has pensado con anticipación. Por otro lado, antes de cometer adulterio, asesinato, o cualquier otro pecado, es porque ya llevas algún tiempo pensando en eso, ¿cómo voy a hacer eso?

Por ello nuestra mente pecaminosa necesita ser renovada, necesita ser transformada en una mente espiritual, es decir, una mente que se somete al Espíritu Santo. Si nuestra vida entera va a cambiar, ese cambio debe empezar en la mente.

 Romanos 12 nos dice que renovemos nuestra mente, debemos quitar los pensamientos que se oponen a la vida de Dios, y pensar en lo que a Dios le agrada, PERO esa obra de renovación es imposible sin la ayuda del Espíritu Santo, sin su obra en nuestra vida, y más en nuestra mente.

  La Biblia me muestra en Filipenses 4:8 que podemos escoger lo que pensamos. Así como cuando uno dice: “no quiero hablar de eso” y no hablas de eso.

Sin decidimos vivir bajo la dirección del Espíritu Santo nuestra mente solo se centrará en los deseos de la naturaleza pecaminosa: Pensamientos de sensualidad, lujuria, de temor, de odio. Tú puedes desecharlos. Pensamientos de preocupación, puedes decirles: “tú no eres el mosquito que me va a quitar el sueño” Impídeles la entrada para que no contaminen tu vida.

Pero puedes reemplazar esos malos pensamientos por pensamientos del Espíritu, versículos bíblicos, por pensamientos acerca de Dios, por alabanza, por promesas para tu vida, por pensamientos santos, porque la naturaleza del Espíritu Santo es buena, pura santa, como los pensamientos que Él genera. Por su naturaleza no puede generar pensamientos pecaminosos. Además él nos da poder para quitar nuestra mente de pensamientos que exaltan el pecado, y para ocupar nuestra mente en los pensamientos de Dios.

¿Y qué de esos pensamientos dañinos que vienen cuando uno no los está esperando, que se aparecen así de repente? ¿Son pecado? Martín Lutero decía: “uno no puede impedir que las aves vuelen sobre su cabeza, pero si puede impedir que vengan a tu cabeza y hagan un nido” Tú si puedes tener control de tus pensamientos cuando estás bajo la influencia del Espíritu, puedes rechazar los pensamientos negativos e insertar los pensamientos de Dios.

¿Será posible un cambio en nuestra mentalidad? Si podemos cambiar nuestros pensamientos, cambiará nuestra mentalidad ahora bien ¿Si se podrán cambiar los pensamientos?

Piensa en cualquier cosa en estos segundos menos en Elefantes rosados. ¿Qué pasó?  Solo podemos pensar en elefantes rosados... cierto, esos animales ahora no salen de nuestra mente.
Ahora bien... ¿Qué ciudad es reconocida como la capital del mundo? NY ¿Cuál es el monumento más reconocido en esa ciudad? La Estatua de la Libertad ¿De qué color es? ¿Verde o gris? Y en la cabeza ¿qué tiene? ¿Que tiene en la mano? ¿En qué mano tiene la antorcha?  ¿Donde se fueron los elefantes rosados?
Esto fue un simple ejercicio para demostrarte que si podemos lograr un cambio en nuestro pensamiento, ahora que tal este ejercicio cada vez que la mentalidad de la naturaleza pecaminosa se quiere manifestar pero bajo el poder del Espíritu Santo? Tendremos ahora poder para no centrarnos en lo pecaminoso, sino en lo espiritual.

 No tengo que tener mugre en la cabeza. No eres esclavo de la mentalidad pecaminosa, Tienes el poder del Espíritu Santo para pensar los pensamientos de Dios.

En una época hace mucho tiempo había una propaganda de discos “llena tu cabeza de Rock” ¿de qué estás llenando tu mente a través de la televisión, las conversaciones, lo que ves, lo que oyes? ¿a qué pensamientos les estás dando cabida? ¿pornografía? ¿sensualidad? ¿egoísmo? ¿materialismo? ¿orgullo? ¿ira? Estos pensamientos te llevaran a decisiones mortales, te van a destruir, pero si te expones a la lectura, meditación, memorización de la palabra, llenas tu mente de las cosas del Espíritu, de lo honesto, de lo puro, de alabanza a Dios, Eso será es lo que va a dirigir tu vida y tus decisiones serán basadas en eso.

Rindamos nuestra mente al Espíritu Santo de Dios, para que Él pueda obrar en nosotros, pídele a Dios que ponga en ti, pensamientos de paz y no de calamidad, pensamientos de Santidad, y déjalo que renueve totalmente tu mente, que todo lugar en tu mente en el cuan no le hemos dado cabida, quede hoy bajo su total control.

3. Mediante el Espíritu Santo obrando en nosotros tenemos sentido de pertenencia. V 9 Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo.



 El versículo 1 dice en la NTV “No hay ninguna condenación para los que son de Cristo Jesús”


Y es que por la obra del Espíritu Santo nosotros sabemos que pertenecemos a Cristo, Él es la garantía que Dios es nuestro dueño.

   Es muy importante para el ser humano que desarrolle un sentido de pertenencia, saber que pertenece a algo una familia, a un país, a una iglesia local, una empresa, eso hace que uno valore los sitios a las cuales uno pertenece, que uno luche por ellos y se comprometa en la causa. Las empresas gastan recursos y energías para que sus trabajadores tengan ese sentido de pertenencia, porque saben el valor de ello.

¿Cómo te sentiste cuando en ciclismo el de Kasajistán se ganó la de oro en los olímpicos? NADA. Yo ni siquiera sabía que existía Kasajistán, pero ¿cómo te sentiste cuando estos campeones de Colombia se ganaron sus medallas? Con orgullo patrio, Conmovido, emocionado. Sentido de pertenencia. Si estamos en otro país y se da el tema yo si digo: “somos campeones olímpicos en BMX”. Me siento campeón olímpico, porque pertenezco a un país de campeones olímpicos.  Uno dice, “somos colombianos, podemos lograr más cosas, podemos avanzar, y vamos a salir adelante”

Ahora bien, Dios quiere que sepamos que pertenecemos a Él con todos los beneficios que eso significa, y para ello pone en nuestro corazón al Espíritu Santo quien da testimonio de eso. Y podemos decir con orgullo, yo le pertenezco a Dios.

  Este versículo lo muestra de una manera muy clara. Efesios 1:13 En él también ustedes, cuando oyeron el mensaje de la verdad, el *evangelio que les trajo la salvación, y lo creyeron, fueron marcados con el sello que es el Espíritu Santo prometido.

Dice que cuando reconocemos a Jesús como Señor de nuestras vidas, somos marcados con el sello del Espíritu Santo.

Si alguien tiene finca o conoce la vida del campo, especialmente de la ganadería sabe cómo es que se hace con el ganado para reconocerlo. Toman las reses y toman un hierro con las iniciales del dueño, la calientan y sellan el ganado. Cuando los vecinos ven la res dicen: este es de la finca de don Julio, le pertenece porque tiene sus iniciales.

Aunque no somos ganado, pasa algo parecido con nosotros: una vez nos entregamos a Jesús, Dios pone un sello sobre nuestra vida, un distintivo que dice “este me pertenece” “Él es mío” no se metan con él. Ese sello es el Espíritu Santo en nuestra vida, si el Espíritu Santo está en nosotros quiere decir que le pertenecemos a Dios.

 Pertenecer a Dios es un privilegio y una responsabilidad.

Es un privilegio porque le pertenecemos al amo del universo, al más poderoso en esta tierra, si Él es nuestro dueño estaremos siempre bajo su cuidado y protección, ESTAMOS EN BUENAS MANOS, pero es una responsabilidad porque si somos suyos no tenemos derecho a hacer con nuestras vidas, cuerpo, talentos, recursos, lo que se nos da la gana, debemos vivir nuestra vida no como a nosotros nos parece, sino como le parece al dueño.

Entonces es por el Espíritu Santo que sabemos que pertenecemos a Dios.

(Aquí empieza la segunda predicación de este tema)

4. Mediante el Espíritu Santo obrando en nosotros hacemos morir la naturaleza pecaminosa. 10 Pero si Cristo está en ustedes, el cuerpo está muerto a causa del pecado, pero el Espíritu que está en ustedes es vida[d] a causa de la justicia.12-13 Por tanto, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa. 13 Porque si ustedes viven conforme a ella, morirán; pero si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán.

Dios quiere que por medio del Espíritu demos muerte a la naturaleza pecaminosa.

Muchos viven en derrota y dicen, “yo no he podido vencer al pecado en mi vida”. Te digo: No tienes que vivir derrotado, No somos nosotros, es el Espíritu Santo en nosotros, Él lo hará si nosotros hacemos lo que nos corresponde.

Aquí quisiera enfatizar algo. ¿Qué es lo que nos corresponde? vs 12 dice “tenemos la obligación” el 13 dice “si por medio del Espíritu DAN muerte” “Vivan por el Espíritu” “Hagan morir” nos está mostrando que nosotros somos los que debemos hacerlo, POR MEDIO del Espíritu. Como quien dice: ¿Por qué vives en esclavitud si tú tienes el Espíritu Santo?

Es que nosotros somos expertos en eludir nuestras responsabilidades, queremos dejar todo a Dios cuando nosotros tenemos responsabilidad en el asunto, y cuando en realidad debemos darle todo a Dios tomamos el asunto en nuestras manos.

En este caso lo que nos muestra es que somos nosotros los que “hacemos morir” los que “Transformamos nuestra mente” los que “Ejercemos nuestra fe” por medio del Espíritu Santo que está en nosotros. Es decir, no por nuestro propio poder, sin embargo tenemos la victoria, porque tenemos ahora una fuerza superior dentro de nosotros que es Dios mismo.

Es responsabilidad nuestra tomar la decisión de hacer morir la naturaleza pecaminosa, mediante una dependencia del Espíritu Santo, no en nuestras fuerzas, viviendo siempre bajo la guía y sumisión al Espíritu Santo que está en nosotros. SIEMPRE QUE NOSOTROS HAGAMOS NUESTRA PARTE DIOS HARÁ LA SUYA.

Ahora bien, si fracasamos en eso no podemos decir que es culpa del Espíritu Santo quien no me ayudo, no podremos echarle la culpa a Dios: “Por qué me mandas esta tentación?” porque Él te ha dado el poder para decidir hacer su voluntad mediante el poder del Espíritu Santo que ya habita en ti.

El punto es que no lo creemos porque no sentimos cosquillitas en nuestro pecho, y resulta que el Espíritu Santo está en nuestra vida  no solo cuando lo sentimos, Él habita en nosotros aunque no siempre sintamos su Presencia pero es algo que sabemos o creemos por la fe.

La naturaleza pecaminosa no tiene arreglo, no se puede reformar no se puede reparar, su única salida es la muerte. 

Déjame ilustrarlo así: hay carros que se accidentan y se dañan, muchos tienen arreglo, pero hay otros que los declaran "perdida total" no sirven para nada, no tienen arreglo, hay que venderlos como chatarra. Algo así pasa con el viejo hombre, no tiene arreglo, hay que darle muerte. 

Al viejo hombre hay que matarlo, punto. Y no estoy hablando de suicidio de tu cuerpo físico, ojo.

¿Cómo lo matamos? por medio del Espíritu de Vida, viviendo en obediencia y sumisión a Dios Espíritu Santo, conectados con el Espíritu Santo a través de la oración y los ejercicios espirituales y no obedeciendo a los impulsos del viejo hombre.

Alimentando el Espíritu y no la naturaleza pecaminosa.

 Ante el pecado y mediante el Espíritu Santo debemos considerarnos muertos al pecado. Algo que nos ayuda a entender esto es la ordenanza del Bautismo. El bautismo es como el funeral del cristiano, es la celebración de que morimos al pecado y que tenemos nueva vida. Uno no entierra a un vivo, uno entierra a un muerto. Uno no se bautiza para morir al pecado, uno se bautiza porque murió al pecado. Por ello bautizamos a quienes han nacido de nuevo, a quienes se han arrepentido y han puesto su fe en Jesucristo. Si este es tu caso ¿Qué te detiene?

El hecho de bajar a las aguas representa que somos sepultados con Cristo, que nuestro viejo hombre; ese lleno de pecado, ha muerto como Cristo murió, y cuando salimos del agua representa que así como Cristo resucito nosotros también resucitamos a una nueva vida gobernada por el Espíritu y no por la naturaleza pecaminosa.

 Algo que tenemos que entender para que no haya ninguna confusión es: Uno hace morir la naturaleza pecaminosa cada día. No es que se murió y ya, día a día el viejo hombre no se resigna a morir, la naturaleza pecaminosa que matamos hoy, quiere levantarse mañana, y nosotros tenemos que darle sus palazos. Ya celebramos su funeral y nos consideramos muertos al pecado por la fe, pero seguimos haciéndolo morir día a día.

Por ello el término teológico para hacer morir la naturaleza pecaminosa es: Mortificación. (¿qué tal ese nombre para una hija?) Mortificación del viejo hombre pues es una traducción más apropiada, para entender el concepto de "hacer morir". El pecado se quiere levantar, y tú lo apaleas, lo matas, lo mortificas diariamente.

Por ello tu dependencia del Espíritu Santo debe ser diaria, tu obediencia a la Palabra debe ser diaria, tu vida de oración debe ser diaria, tú debes abstenerte de pecar diariamente, y así mortificas el pecado diariamente. Si hoy no pecaste, da gloria a Dios pero no bajes la guardia.

Hagamos morir el pecado, por medio de su Santo Espíritu. Tomemos la decisión de vivir obedeciendo a los impulsos del Espíritu Santo en nosotros y no al viejo hombre, a la naturaleza pecaminosa.

Si vivimos diariamente bajo la guía y dirección del Espíritu Santo, Dios podrá hacer grandes cosas primero en nuestras vidas, pero también a través de nosotros.

5. Mediante el Espíritu Santo obrando en nosotros tenemos vida abundante. 10 Pero si Cristo está en ustedes, el cuerpo está muerto a causa del pecado, pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la justicia. V 11. si el Espíritu de aquel que *levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes.

  El Poder de la resurrección, el mismo poder que resucitó a Cristo operará en nosotros para vivificarnos. Ese poder es  el poder del Espíritu Santo.

 Jesús dijo que de los que creyeran en su nombre brotarían ríos de agua viva. Y eso dijo del Espíritu Santo que vendría sobre quienes creyeran en Él. Eso habla de una fuente de vida en nuestro interior, un rio que sale de nuestra vida, que no solo nos bendice a nosotros sino que es como un chorro que moja, que riega, que bendice trayendo vida a todo el que le demos de beber del Evangelio de Cristo. Es el rio de Dios, de su Espíritu Santo, de la presencia de Dios en nuestro interior que revela la vida abundante y plena que tiene todo el que vive bajo la influencia del Espíritu de Dios.

Así que luego de estar muertos espiritualmente, ahora resucitamos a una vida nueva y abundante, una vida llena, una vida guiada, impulsada, fortalecida y potenciada por el Espíritu Santo.

Esto habla también, de nuestra identificación con Cristo en toda su obra por nosotros. Así como Él murió, nosotros morimos con Él a nuestra naturaleza pecaminosa, así como Él resucitó, nosotros resucitamos con Él a una nueva vida. El bautismo es una muestra clara de esa identificación con Cristo.

 Ezequiel 37 habla de cómo Dios llevó a Ezequiel a un lugar de muerte lleno de huesos secos- Dios preguntó a Ezequiel ¿Podrán tener vida estos huesos? Ezequiel responde: no sé, solo tú sabes. Dios le dice profetiza sobre ellos: Vida, carne tendones y piel para estos huesos!!! Y luego de un gran estruendo los huesos se juntaron, se llenaron de tendones de carne y de piel. Pero no tenían espíritu, seguían muertos así que Ezequiel profetizó: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán.

La Biblia nos muestra que sin Jesús quien pone en nosotros al Espíritu Santo en el nuevo nacimiento, nosotros andábamos muertos en nuestros delitos y pecados, éramos como esos huesos muertos, estábamos muertos en vida.

 Hay mucha gente en esta vida que anda así, como muertos en vida, tú dirás, si gente que no es cristiana, y tienes razón, pero también mucho cristiano, que no son huesos, están en la segunda fase, tienen tendones, carne y piel pero están muertos, necesitan ser vivificados.

Muertos porque viven sin un propósito, tristes, deprimidos, aburridos, sin apuntarle a algo, con muchas ganas de no hacer nada, no oran, no alaban, no buscan de Dios ni le sirven, no contagian a otros con su fe, ni inspiran a nadie a seguir a Cristo.

Es decir, no están viviendo la vida abundante y plena que da el Espíritu Santo. No se están beneficiando de esa vida del Espíritu que brota del corazón como ríos de agua viva. Si es tu caso, necesitas la llenura del Espíritu Santo.

Si eres un cristiano y has perdido ese fuego, esa pasión por Él, esas ganas de vivir y de servirle con todo tu corazón, Pídele a Dios por ese fuego, pide que te vivifique, ora con este pasaje de Ezequiel, y luego toma la decisión de vivir bajo la llenura y la guía de ese Espíritu que Dios ha puesto en ti. Necesitas entender y creer por la fe que el Poder que opera en ti es el  Poder que resucitó a Cristo de entre los muertos.

Con el Espíritu Santo en tu vida, puedes tener dificultades, pero también tendrás el gozo de Dios en ti, tendrás esperanza de en medio de todo las cosas van a mejorar, estarás lleno de fe para enfrentar la vida, vas a vivir con un fuerte deseo y una fuerte voluntad de vivir para Dios, y con un propósito claro en la vida de servir a Dios en todo, vas a estar viviendo una vida abundante. Estarás muerto al pecado pero vivo para Dios.

  Antes de tener al Espíritu Santo obrando en nuestra vida, estábamos VIVOS PARA EL PECADO y MUERTOS PARA DIOS: pero cuando el Espíritu Santo vivifica tu alma, sopla su aliento sobre ti, entonces estás MUERTO PARA EL PECADO y VIVO PARA DIOS.

Atrévete a vivir INTENSAMENTE PARA DIOS por el Espíritu Santo.

6. Mediante el Espíritu Santo obrando en nosotros recibimos la guía que necesitamos para la vida. 14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios.

  Algunos buscan guía para la vida en el horóscopo, en el adivino, en el tabaco o el chocolate. Grave elección. El cristiano no busca luz en esos medios, porque son del diablo (el cristiano no se asocia con el diablo) y porque no lo necesitamos, tenemos al Espíritu Santo.

 Si somos hijos de Dios, si hemos nacido de nuevo, el Espíritu Santo mora en nosotros, y nos dirige y nos guía en las decisiones en nuestra vida.

  En la vida diaria nos enfrentamos a decisiones difíciles de tomar, cada decisión que tomamos afecta el resto de nuestra vida de ahí en adelante, no es sabio que tomemos esas decisiones solos, pero no tenemos que hacerlo, contamos con la guía del Espíritu Santo que nos dirige a tomar la decisión más apropiada.

  Hay decisiones que son muy dolorosas de tomar, pero que uno sabe que es la decisión correcta. A veces no escuchamos la guía de Dios, y preferimos el placer momentáneo que nos da la decisión incorrecta, pero nos damos cuenta que la mala decisión que tomamos por no seguir la guía de Dios Espíritu, se nos convirtió en problemón. Es que una mala decisión nos lleva a otra mala decisión.

 Una pequeña mala decisión es como esa pequeña bolita de nieve que tiene el potencial de rodar y convertirse en una avalancha. ¿Te das cuenta de la importancia de dejarse guiar por el Espíritu Santo?

  Cuando yo me encuentro a un muchachito que por su edad poco sabe de la vida pero se las da del que sabe, y que no oye consejo y quiere hacerlo todo bajo su propio criterio le digo: Espera, cálmate: no seas terco, Déjate guiar.

A veces somos muchachitos necios, el Espíritu Santo nos está dirigiendo y nosotros queremos ir por otro lado: COMO ESOS CABALLOS TERCOS, NO TE HAN TOCADO? "Espíritu Santo, creo que por ahí no es, creo que no debo perdonar, creo que debo darle una oportunidad a esta chica o a este tipo que siempre me hace pecar"

No seas terco, déjate guiar.

Si eres creyente tienes la guía de Dios, pero ¿Y si no te dejas guiar?

Hay varias áreas en las cuales Dios nos guía por el Espíritu Santo que está en nosotros:

Nos guía en decisiones en el área de lo malo y lo bueno: nos lleva hacia el cumplimiento de las Escrituras, recordándonos la Palabra en momentos de tentación. Si caes Dios no tiene la culpa, no insistas, si caes es porque no seguiste la voz interior, la voz del Espíritu dentro de ti.

Nos guía en las decisiones en el área de lo bueno (o aparentemente bueno). Cosas de la vida diaria, o cosas trascendentales en las cuales todas las opciones son válidas.  ¿A cuál de esas dos buenas casas me mudo? ¿cuál de esas dos buenas ofertas de trabajo debo tomar? ¿Qué disciplina impongo a mi hijo, que sea efectiva y provechosa? El Espíritu Santo nos puede guiar en esas decisiones, Él nos quiere dirigir.

Nos guía para ejercer correctamente el ministerio. ¿Cómo orar por esa persona? ¿qué consejo bíblico le puedo dar que sea apropiado? ¿Cómo le predico, o qué predico? El Espíritu Santo nos dirige en la labor de servirle.

No es para que te preocupes, pero quiero contarte: Nosotros no somos brujos ni adivinos, pero hay algo que hemos desarrollado en nuestra vida, más mi esposa que yo, a veces fallamos, pero muchas veces acertamos, eso es algo que se llama discernimiento. De alguna forma uno sabe cuándo una oveja muy cercana está caminando chueca. El Espíritu Santo cuando quiere revela algo de esa persona y cuando uno le pregunta, era cierto lo que discerníamos. El Espíritu revela eso no para que chismeemos sino para que brindemos ayuda a esa persona con asesoría y oración. También pasa que muchas otras veces no nos enteramos de nada hasta que las cosas salen a la luz (El Espíritu Santo lo hace cuando quiere)

Otras veces estamos aconsejando y la cosa todavía está oscura, no es clara y el Espíritu Santo nos guía a hacer una pregunta clave, que aclara todo el panorama.

Y eso sinceramente no es solo para los pastores, dice que es para los hijos de Dios. Los hijos de Dios están guiados por Él.

Me veo un programa llamado Súper Humanos, son los verdaderos Súper Héroes, gente que tiene habilidades especiales, el hombre más fuerte del mundo, personas que juegan con la corriente y no se electrocutan, cosas así. Tú puedes convertirte en uno de ellos. ¿Cómo? déjate guiar por el Espíritu Santo, empieza a reconocer sus impulsos en tu corazón y obedece a su guía y si haces eso diariamente vas a volverte un radar, alguien con una súper sensibilidad de escuchar la voz de Dios.


Si vivimos diariamente bajo la guía y dirección del Espíritu Santo, Dios podrá hacer grandes cosas primero en nuestras vidas, pero también a través de nosotros.

Cosas como:
La Transformación nuestra mente.
La libertad de la condenación. 
El convencimiento de que pertenecemos a un gran Dios.
El hacer morir lo terrenal en nosotros. 

Cosas que lograremos bajo la dependencia, la llenura, la sumisión al Espíritu Santo.

Espere la Tercera y Cuarta entrega de este sermón.


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