Razones
por las qué debemos perdonar.
Las imágenes son de Corrie Ten Boom.
Eph 4:31 Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y
calumnias, y toda forma de malicia.Eph 4:32 Más
bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así
como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.
Corrie
Ten Boom era una relojera holandesa que trabajó como relojera, en la segunda
guerra mundial, esta mujer junto con otras ayudó a muchos judíos a escapar de
los nazis, los refugió y salvó a muchos de la muerte. En 1940 los nazis
invadieron Holanda y se llevaron a Corrie y a toda su familia a los campos de
concentración, tuvo que presenciar y ser víctima de todas las crueldades que
practicaban los nazis en contra de los judíos. Al final de la guerra fue
liberada, y fundo en Holanda centros de rehabilitación. Se dio cuenta que las
víctimas de los nazis capaces de perdonar fueron los que más rápido pudieron
reconstruir sus vidas. Luego empezó a predicar la palabra de Dios en más de 70
países y su tema central era el perdón. Estando en Alemania al final de una
predicación se le acerca una y se dio cuenta que era uno de los guardias más
crueles del campo de concentración en el cual ella estaba. Este hombre quien
había sido tocado por Dios luego de entregarse, llegó hacia ella para pedirle
perdón.
En
un inicio entró en shock, era el momento de practicar lo que estaba enseñando,
estaba luchando por unos segundos pero tomó fuerzas para perdonarlo. Cuenta en
su libro: "durante un
momento largo nos estrechamos las manos, el antiguo guardia y la antigua
prisionera. Nunca había sentido tan intensamente el amor de Dios como lo sentí
entonces".
Al
final ella había perdonado a este hombre a quien se ganó para Cristo en este
día.
El
perdón no siempre es fácil, pero siempre podemos perdonar.
Este
año nuestro deseo es ser como Jesús, y una cualidad que debemos desarrollar del
carácter de Cristo en nuestras vidas es el perdón a quienes nos han herido, así
como Cristo perdonó.
Como
creyentes que somos debemos perdonar a quienes nos han herido como Jesús lo
hizo.
El
día de hoy quiero que veamos las razones por las cuales debemos perdonar a
quienes nos han herido, veamos esas razones.
1.
Debemos
perdonar porque Jesús lo ordenó. Marcos 11:25
Y
cuando estén orando, si tienen algo contra alguien, perdónenlo, para que
también su Padre que está en el cielo les perdone a ustedes sus pecados
a.
No
lo digo yo, ni Coello ni Chopra, lo dijo Jesús. Si tienes algo contra otra
persona, perdónala.
b.
El
perdón no es algo opcional para un cristiano, es un mandamiento de Jesús. Solo con
eso debería bastar.
c.
Si
Jesús es mi líder, si yo le he dado a Jesús el control de mi vida, si en
realidad Él es mi Señor yo debería obedecer todo lo que Él me dice.
d.
el
perdón no se ofrece:
i. Dependiendo de la ofensa:
(puedo perdonar estas cosas – pero estas otras no) (esto no tiene perdón de
Dios, así que yo no tengo que perdonar!!!) No somos Dios para decir que cosa
tiene perdón de Dios. Jesús dice que una sola cosa no tiene perdón y es la
blasfemia contra el Espíritu Santo.
Sabías que perdonar no
significa estar de acuerdo con lo que hizo esa persona? no es excusar el mal
comportamiento? No es negar el dolor o mentir acerca de ese dolor?
ii. Dependiendo de lo que siento.
Perdono cuando me pase el dolor. (más bien perdona para que el dolor sane) No siempre sentimos obedecer a Dios. Perdón es
una decisión. El dolor no necesariamente pasará inmediatamente, pero el perdón
es el inicio de la sanidad.
iii. Dependiendo de la persona. Dios
nos pide perdonar aun a nuestros enemigos.
e.
En
realidad la obediencia trae bendición a nuestras vidas. La obediencia nos
conviene. En cambio amargura, el resentimiento no le convienen al alma del ser
humano. Esta más que comprobado que estas cosas traen enfermedad, estrés, falta
de paz, depresión, ansiedad, insomnio etc... Pero la obediencia a Cristo en el
hecho de perdonar nos va a traer paz, salud, seguridad, bienestar, bendición.
f.
Espiritualmente
la falta de perdón es como si pusieras en una mochila que cargas todo el día
piedras con el nombre de la ofensa y del ofensor. Qué va a pasar en tu vida si
andas mucho tiempo con esas piedras? Te vas a cansar, vas a rendir menos, vas a
estar estresado, la obediencia a Cristo te conviene.
O es como cuando uno deja
abiertos muchos programas en la computadora, entre más cosas abiertas tengas,
la computadora se vuelve lenta, el rendimiento es menor. Hay que cerrar capítulos, cerrar heridas, hay
que dejar a un lado esos resentimientos mediante el acto de obediencia a Cristo
que es perdonar. Hay que en oración, tomar cada una de esas piedras y sacarlas
de la maleta una por una. Vas a descansar, vas a ver que obedecer a Jesús da
resultado.
2.
Debemos
perdonar porque Jesús perdonó. Lucas 23:34
-Padre, perdónalos,
porque no saben lo que hacen.
a.
Jesús
nos dio el ejemplo. Él no es un líder, que dice: "¡de malas!, ustedes tienen que
cumplir mis órdenes, yo no lo tengo que hacer porque yo soy el patrón", ese no
es nuestro Señor, así no es nuestro Maestro. Si Él nos pide perdonar, es porque
Él estuvo dispuesto a hacerlo, él lo hizo. Jesús no nos pide nada que Él antes
no haya hecho.
b.
Ponte
a pensar en Jesús, en la relación que tuvo con sus discípulos, Él tuvo que
soportar todas sus necedades, tuvo que soportar:
i. Unos discípulos que peleaban
entre ellos discutiendo quien es el mejor.
ii. Unos discípulos que querían que
Jesús les diera poder a unos Samaritanos.
iii. Unos discípulos incrédulos.
iv. Un Pedro inestable.
v. Un Judas que sin importarle el
amor con que Cristo lo trató era Ladrón y además traidor.
vi. Un Tomas que lo vio hacer todos
sus milagros y aun así no creía.
Y no solo tenía que aguantarse
todo lo que decían, sino que adicionalmente escuchaba sus pensamientos, sabía
cuáles eran sus dudas, (una vez Jesús les preguntó a un grupo de Gente: por qué
piensan así? (cómo supo?)
No solo eso, sino sabía todas
las faltas que esta gente iba a cometer contra Él, aun así los amó. Aun así los
perdonó anticipadamente.
Recuerdas la película “lo que
ellas quieren”? Mel Gibson podía escuchar cada pensamiento de las mujeres.
¿Qué tal si tú supieras todas
las cosas que la gente piensa de ti? Los seguirías amando?
¿Qué tal supieras no solo las
faltas que tus seres queridos han cometido contra ti, sino las faltas que
cometerán? Perdonarías?
¿Cómo pudo Jesús amar a esa gente
que no era tan fácil amar?
c.
¿cómo
trato a estas personas que le trataron mal?
i. Tomó el balde, la toalla, se
arrodilló y Lavó los pies de un Judas sabiendo que le iba a traicionar, y lo
trató como el invitado de honor (cuando el anfitrión tomaba el pan, lo mojaba
en el vino y lo entregaba a alguien todos en la cena sabían que este era el
invitado de honor) – de un Pedro que le iba a negar y de un Tomás que iba a
dudar de Él. Les extendió el perdón anticipadamente. Antes de la ofensa ya los
había perdonado.
ii. Un Pedro que después de negarle
Jesús lo busca y lo restaura… Pedro me amas?
iii. Todo un grupo de gente, entre
soldados romanos, religiosos, judíos del común que le insultaron, le
escupieron, le hirieron, lo azotaron, lo crucificaron, se burlaban de Él, y
cómo oró? Padre, dales duro!!! Repréndelos!!! Devuélveles el mal!!! Acaba con
ellos!!! NO, oro por ellos, los perdonó: “Padre, perdónalos porque no saben lo
que hacen.
d.
Jesús
lo hizo, Él nos dio el ejemplo más grande de perdón, porque ninguna ofensa que
nos hayan hecho se compara con todas las que recibió el Hijo de Dios. COMO ÉL
PERDONO NOSOTROS PODEMOS PERDONAR.
3.
Debemos
perdonar porque Jesús nos perdonó. Col 3:13
de modo que se toleren unos a otros y se perdonen
si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen
también ustedes.
a.
Jesús
no solo perdonó a Pedro a Juan y a los romanos, él también nos perdonó a
nosotros. Todos hemos ofendido a Dios no una, ni dos ni tres veces, lo hemos
ofendido muchísimas veces, y como somos imperfectos, lo seguimos ofendiendo y
Él sabe eso, pero que dice 1Juan 1:9. Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel
y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad.
Él nos ofrece perdón, se olvida
de nuestros pecados, los aleja de nosotros, los borra, no se acuerda de ellos.
Jesús nos pide que de la misma
forma como Él nos perdonó nosotros perdonemos a los otros.
Pero nosotros tenemos el
descaro de no perdonar a quienes nos ofende.
b.
No
perdonamos porque nos olvidamos muy pronto de lo que Jesús hizo por nosotros.
c.
Hay
gente que dice: Lo he intentado pero ¡NO PUEDO! Cuando eso te pase, algo que te
va a dar fortaleza para perdonar es recordar que Jesús te perdonó a ti. Como
Jesús me perdonó yo también puedo perdonar.
d.
EL
MEJOR EJEMPLO DE ESTO LO DIO JESÚS. En una ocasión Pedro le pregunta a Jesús, ¿Cuantas
veces tengo que perdonar a mi hermano? (Cierto que a veces llevamos la cuenta
de las ofensas? –Tengo un memorial de agravios!!! Te las tengo contadas!!!) y
Jesús contó la historia de una persona que debía mucho dinero al rey, el rey lo
iba a vender a él y a toda su familia y el hombre le lloró al rey… le dijo que
le tuviera paciencia que le pagaría todo, el rey sabía que no tenía como pagar,
y le perdonó la deuda – el hombre salió de ahí donde alguien que le debía a él
una cantidad mucho menor, lo agarró por el cuello, lo estaba estrangulando y le
dijo ¡págame todo! pasó lo mismo, el hombre pidió que le tuviera paciencia, y
¿que hizo esta persona a quien el rey le había perdonado tanto? Lo mandó para
la cárcel hasta que pagara todo – que hizo el rey cuando se enteró? Lo insultó,
le hizo reclamo y lo mandó a la cárcel hasta que pagara el último centavo-
Jesús dijo: así hará nuestro Padre Celestial a todo el que no perdone las
ofensas.
e.
Jesús
nos ha perdonado tanto, que lo mínimo que debemos hacer es perdonar a quienes
nos ofenden.
Lo que han hecho en contra de
nosotros no es nada comparado con lo hemos hecho en contra de Dios.
Nosotros no hemos sido tan
ofendidos como Jesús lo fue, sin embargo Él perdono. Cómo Él nos perdonó,
nosotros tenemos también el poder para perdonar a otros.
4.
Debemos
perdonar porque Jesús nos alerta acerca de las consecuencias de la falta de
perdón.
Además de las consecuencias que
ya conocemos de la amargura (enfermedad, depresión, estrés…) Jesús sabe que la
falta de perdón no nos conviene. Que el más beneficiado al perdonar es uno, no
el ofensor. Veamos qué tipo de consecuencias nos alerta Jesús que nos vienen
por la falta de perdón.
a.
Nuestra
relación con Dios se ve afectada. Mat 6.14-15 »Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a
ustedes su Padre celestial. Pero si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su
Padre les perdonará a ustedes las suyas.
Dios nos ama con todo su ser,
pero la falta de perdón hace que pongamos una barrera entre nosotros y Dios.
Nuestra relación con Dios sufre cuando nos negamos a perdonar.
Nuestra vida de oración no es
la misma cuando estás guardando un resentimiento que cuando estás en paz con
todos.
A veces repetimos como loros,
no oramos sino rezamos, oramos de manera tan automática que ni siquiera somos
conscientes de lo que estamos diciendo en oración. Lo digo por el Padre Nuestro. Si tú oras el
Padre Nuestro a conciencia entonces tú
ya le has dicho a Dios que no solo estás dispuesto a perdonar, sino que ya los
has perdonado. Si sigues guardando resentimiento después de orar con el Padre
Nuestro tú no has orado, tú has repetido una oración cómo loro, porque no estás
dispuesto a perdonar a los que te ofenden. No somos consistentes con lo que
oramos.
Pasa entonces que nuestra vida
de oración es afectada. Las bendiciones, el perdón, la respuesta de la oración
son retenidas hasta que perdonemos.
YO LO VEO DE ESTA MANERA: Yo
amo a mi hijo, pero hay cosas que él me pide que yo le doy si hace algo que le
estoy pidiendo. Quería un barrilete y yo
le dije. Si yo ye lo doy, pero primero terminas la tarea- primero comete toda
la comida.
Me imagino así a Dios diciendo:
que te perdone, está bien, pero primero ve y perdona a sutano. Que responda tu
oración. Sí quiero responderla, pero primero ve y perdona a el que te hirió.
Eso no es crueldad, eso es
amor, Él sabe el daño que nos hace estar resentidos, estar amargados y no
quiere que nos hagamos daño. ¿Tú dejarías que tu hijo se hiciera daño? Dios
tampoco. Por eso nos insiste en que debemos perdonar.
b.
Nuestra
relación con otros se ve afectada. Lucas 6:37»No juzguen, y no se
les juzgará. No condenen, y no se les condenará. Perdonen, y se les perdonará.
¿Cuantos han sido ofensores
alguna vez? Y muchas veces nuestras ofensas han sido graves. Somos expertos en
justificarnos, pero cuando alguien nos hace lo mismo somos implacables.
Jesús nos enseña algo que para
mí es una extensión de la regla de oro. “Trata a los demás como quieres que te
traten a ti”
Es decir, si a ti te gusta que
la gente pase por alto tus necedades, tus torpezas, tus ofensas, tus bromas
pesadas tú tienes que aprender a perdonar. Si esperas que otras personas te
extiendan el perdón tú debes también extender el perdón a otros.
Un pastor amigo nos contó que
estaba hablando con unos hombres y le preguntó a uno: cómo reaccionarías si te
enteras que tu esposa te es infiel, el respondió: la mato, y después la dejo.
Ahora, y si tú le eres infiel, cómo esperas que ella reaccione (cualquiera
pensará: va a responder lo mismo: que me mate, que me deje) pero este señor
contesto: si yo se lo hago? Que se aguante el brinco.
Esto es una muestra de que estamos
muy dispuestos a ofender, pero no estamos dispuestos a perdonar – es una
muestra de que queremos que nos perdonen pero no estamos dispuestos a perdonar.
Pero la vida espiritual no
funciona así. Si tú no perdonas, no esperes que otros te perdonen. Jesús lo
dijo. No juzguen, y no se les juzgará. No condenen, y no se les condenará.
Perdonen, y se les perdonará.
Te conviene perdonar, no es fácil, porque muchas
veces las heridas son profundas. Las ofensas recibidas son fuertes, uno siente
que no las merece. Pero recuerda que perdonar no es aceptar que lo que te
hicieron está bien. No quiere decir que estás de acuerdo, o que no te duele. Dios
te pide que perdones porque te ama y porque sabe que es lo mejor para tu vida.
Pídele a Dios que te de su fortaleza para
perdonar. Pídele a Dios que te llene de su amor para ejercer el perdón. Pídele
que te recuerde de cuantas cosas él te ha perdonado.
Recuerda el ejemplo de tu maestro, de tu Dios, al
que estás siguiendo. Heridas, azotes, insultos, burlas, traicionado por sus
amigos, menospreciado por aquellos que sanó o favoreció con un milagro, pero en
la cima de su sufrimiento dijo: PADRE PERDONALOS PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN.
Sigue su ejemplo y toma la decisión de perdonar
el día de hoy. Una vez tomas la decisión, Dios empieza a derramar su gracia y
su poder sobre tu vida para ayudarte en esa decisión.
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