1 El que habita al abrigo del *Altísimo se acoge a la sombra del *Todopoderoso. 2 Yo le digo al SEÑOR: «Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío.» 3 Sólo él puede librarte de las trampas del cazador y de mortíferas plagas, 4 pues te cubrirá con sus plumas y bajo sus alas hallarás refugio. ¡Su verdad será tu escudo y tu baluarte! 5 No temerás el terror de la noche, ni la flecha que vuela de día, 6 ni la peste que acecha en las sombras ni la plaga que destruye a mediodía. 7 Podrán caer mil a tu izquierda, y diez mil a tu derecha, pero a ti no te afectará. 8 No tendrás más que abrir bien los ojos, para ver a los impíos recibir su merecido. 9 Ya que has puesto al SEÑOR por tu[a] refugio, al Altísimo por tu protección, 10 ningún mal habrá de sobrevenirte, ninguna calamidad llegará a tu hogar. 11 Porque él ordenará que sus ángeles te cuiden en todos tus *caminos. 12 Con sus propias manos te levantarán para que no tropieces con piedra alguna. 13 Aplastarás al león y a la víbora; ¡hollarás fieras y serpientes! 14 «Yo lo libraré, porque él se acoge a mí; lo protegeré, porque reconoce mi *nombre. 15 Él me invocará, y yo le responderé; estaré con él en momentos de angustia; lo libraré y lo llenaré de honores. 16 Lo colmaré con muchos años de vida y le haré gozar de mi *salvación.»
Este Salmo apunta a que uno debe tomar la decisión de hacer de Dios su protector, tal cómo lo muetran los estos versículos. V1,2,4,9,14. Elegir conciente y deliberadamente a Dios como nuestro protector. Es confiar de todo corazón en Dios para tu protección.
El beneficio de la protección no es para toda persona, me atrevo a decir que no es para todos los que se declaran cristianos, es para los que eligen vivir en su presencia, no es solo desearla, o tener un gusto especial por ella, no es para los que les gusta "visitar" su presencia de vez en cuando durante la semana, es para los que han decidido habita en ella, cómo lo dice el versículo 1."El que habita al abrigo del *Altísimo se acoge a la sombra del *Todopoderoso"
Alguien me conto que quería viajar y por más que quiso y se esforzó por que eso pasara no pudo viajar, al principio se frustro pero luego esta persona me cuenta, “seguro de algo me protegió el Señor, de qué, no sé, pero de algo me protegió Dios”
Una cosa si es segura, los creyentes tenemos un Dios Omnipotente que nos protege de toda clase de mal cuando decidimos habitar en su presencia.
Veamos en este Salmo de qué tipo de peligros nos protege nuestro Dios si decidimos vivir en su presencia.