El ser humano tiene en lo más profundo de su ser, un deseo de crecer, de avanzar, de superarse. Si alguien es bachiller, quiere llegar a ser profesional, si es profesional, aspira a hacer una especialización, si es trabajador, aspira a ascender en su cargo. Este anhelo de avanzar nos lleva a prepararnos y a esforzarnos para algún día ser dueños de una posición o un “título”
“Estrella de la música”, “artista”, “doctor”, “licenciado”, “especialista”, “pastor”, “gerente”, “señor gobernador”, “señor presidente” son algunos de los títulos favoritos por los cuales el hombre lucha.
“Estrella de la música”, “artista”, “doctor”, “licenciado”, “especialista”, “pastor”, “gerente”, “señor gobernador”, “señor presidente” son algunos de los títulos favoritos por los cuales el hombre lucha.
No quisiera discutir si esta actitud es cuestionable o no, pero si quiero recordarte que en Cristo ya tenemos una posición, y muchos títulos, mucho más poderosos que “doctor”, “gobernador” o “presidente”