domingo, 29 de agosto de 2010

El camino hacia la Sanidad de la Tierra.



Sin embargo como iglesia Dios nos hay delegado autoridad a nuestras vidas, nos ha puesto como sacerdotes en esta ciudad, nos ha dado herramientas poderosas, que si las utilizamos bien, podremos contrarrestar las acechanzas del maligno.

Hay cosas que la iglesia puede hacer si quiere Sanidad para su tierra.

No es vivir asustados, no es pasar la noche en blanco para cuidar las calles, ni es meternos todos en el mismo cuarto. No es criticar a todo el mundo. Estas cosas no dan solución al problema. No es comprar armas, tenemos armas más poderosas que las armas que conocemos.

Hay algunas cosas que como ciudadanos y como pueblo de Dios tenemos que hacer si queremos que nuestra tierra sea sanada. Las encontramos en 2Cr 7:14 si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra.

Veamos en esta cita estas cosas que tenemos que hacer.

jueves, 26 de agosto de 2010

Palabra para "Templo de Vida" ICCC Riohacha


Amados Hermanos, queremos compartir con ustedes un sueño que el Pastor Hernán Cisneros, Vice-Presidente de la ICCC tuvo entre la noche del 24 y la madrugada del 25 de Agosto de 2010, luego de la visita que con su Esposa Ana Cristina, hicieron a la Iglesia.

Leamosla con fe, con el propósito de:

- Reclamar en oración e interseción estas bendiciones para la iglesia.
- Involucrarnos en este crecimiento, preparandonos como lideres siervos que trabajen en el alcanzar y discipular las almas.
- Rogar a Dios por más servidores para los cultos.
- Movernos en los dones espirituales, para que el evangelio no sea solo palabras de humana sabiduría sino demostración del poder de Dios.
- Pedir a Dios la Sabiduría nesesaria para trabajar en este nuevo nivel que Dios nos esta llamando.
Bogotá, Agosto 25 de 2010



Pastor Julio e ICCC Riohacha:


Este es un sueño que tuve anoche; puede ser una revelación de Dios, o una Palabra de Sabiduría:


Estaba el grupo de alabanza de Riohacha, alabando y adorando a Dios, cantando en lenguas y glorificando al Señor. Yo veía que la gente entraba a la iglesia y tal era la unción, que el que tenía pecado en su vida caía al piso bajo el poder del Espíritu Santo, era liberado y se levantaba y alababa a Dios.

La iglesia oraba por los enfermos y estos eran sanados.

La iglesia de Riohacha, tenía los domingos dos cultos en la mañana y estaba haciendo el de las 6 p.m. también y todavía no era suficiente. La iglesia tenía que salir a un lugar más grande, porque el crecimiento era desbordado.

Cordialmente, su servidor en Cristo.

Hernán Cisneros


Amados Hermanos, oremos para que esta visión aqui escrita, dada a nuestro Vice-presidente se cumpla y sin demora, según Habacuc 2:2-3.

“Y el Señor me respondió: “Escribe la visión, y haz que resalte claramente en tablillas, para que pueda leerse de corrido. Pues la visión se realizará en el tiempo señalado; marcha hacia su cumplimiento, y no dejará de cumplirse. Aunque parezca tardar, espérala; porque sin falta vendrá.”

jueves, 19 de agosto de 2010

Perdón, la puerta hacia la restauración.

Por Julio Guzmán

Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: —Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano que peca contra mí? ¿Hasta siete veces? 22 —No te digo que hasta siete veces, sino hasta setenta y siete veces[s] —le contestó Jesús—. 23 »Por eso el reino de los cielos se parece a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos.24 Al comenzar a hacerlo, se le presentó uno que le debía miles y miles de monedas de oro.[t] 25 Como él no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él, a su esposa y a sus hijos, y todo lo que tenía, para así saldar la deuda. 26 El siervo se postró delante de él. “Tenga paciencia conmigo —le rogó—, y se lo pagaré todo.” 27 El señor se compadeció de su siervo, le perdonó la deuda y lo dejó en libertad. 28 »Al salir, aquel siervo se encontró con uno de sus compañeros que le debía cien monedas de plata.[u] Lo agarró por el cuello y comenzó a estrangularlo. “¡Págame lo que me debes!”, le exigió. 29 Su compañero se postró delante de él. “Ten paciencia conmigo —le rogó—, y te lo pagaré.” 30 Pero él se negó. Más bien fue y lo hizo meter en la cárcel hasta que pagara la deuda. 31 Cuando los demás siervos vieron lo ocurrido, se entristecieron mucho y fueron a contarle a su señor todo lo que había sucedido. 32 Entonces el señor mandó llamar al siervo. “¡Siervo malvado! —le increpó—. Te perdoné toda aquella deuda porque me lo suplicaste. 33 ¿No debías tú también haberte compadecido de tu compañero, así como yo me compadecí de ti?” 34 Y enojado, su señor lo entregó a los carceleros para que lo torturaran hasta que pagara todo lo que debía. 35 »Así también mi Padre celestial los tratará a ustedes, a menos que cada uno perdone de corazón a su hermano.

Para que nuestra vida sea restaurada totalmente, podemos pedir oración, esforzarnos mucho, tratar de restaurar los muros caidos con nuestras propias manos, pero si no atravezamos la puerta del perdón hacia los demás en vano hacemos todo. El perdón es la puerta de entrada a una vida restaurada, empezando por el perdón de Dios hacia nosotros, pero este perdón debe verse reflejado en que nosotros perdonamos a quienes nos ofenden.
En esta historia relatada en Mateo 18 encontramos a Pedro haciendo una de sus inolvidables e innumerables preguntas, que bueno por la gente que pregunta, gracias a que este hombre preguntaba tanto a Jesús, Jesús nos entrego, con sus respuestas enseñanzas inmortales.

Al preguntar a Jesús, Pedro se sentía sobrado, una mala interpretación de el libro de Amós llevo a pensar a los judíos que debían perdonar solo tres veces, argumentando que Dios solo perdonaba tres veces a los hombres por sus ofensas y que no podíamos ser más que Dios. Pedro lo dobló y le agregó, por si acaso una más.

¿Qué le responde Jesús?

Pierde la cuenta. No le hagas más equis al nombre de tu ofensor, ten la disposición a perdonar siempre, y para ilustrarlo nos entrega esta parabola. La gran Parabola sobre el tema del perdón.

Dios nos anima a que perdamos la cuenta, a que desarrollemos un espíritu perdonador, este es un tema que Jesús nunca se canso de predicar, vez tras vez, de una y otra forma, pero esta vez usó una parábola donde el tema del perdón no se puede ilustrar mejor.

Veamos paso a paso lo que aprendemos del perdón en esta impactante parábola.

lunes, 9 de agosto de 2010

La misión restauradora de Jesús:

Por: Julio Guzmán

Lucas 4: 16 Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo[a] entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer.



17 Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito:
18 El Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos;



19 A predicar el año agradable del Señor.(F) m
20 Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él.
21 Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.


Hubo un hombre en el AT que tuvo una misión, Restaurar los muros caídos de Jerusalén, que los caldeos 80 años atrás habían derribado. Otro hombre de esta misma época, llamado Zorobabel tenía la misión de restaurar el Templo que también había sido derribado. Ambos tuvieron Éxito.

Pero Años después, debido a que el hombre estaba destrozado por el pecado, que el diablo hizo estragos en su vida, que el mimo ser humano aportó para su destrucción, apareció un hombre, que era Dios, que tuvo la misión de restaurar al ser humano, de restaurar su relación con Dios, perdida por el pecado, de restaurar su corazón. Este hombre se llamaba Jesús.

En esta cita de Lucas, no vamos a hablar de Nehemías ni de Zorobabel, vamos a hablar de este Jesús que puede restaurar nuestra vida, y de los medios que utiliza para lograr en nosotros esta restauración.

Veamos a través de qué cosas se vale Jesús para darnos esa restauración: